UN VIAJE INOLVIDABLE: "ETAPA II - DESTINO EGIPTO"
UN VIAJE INOLVIDABLE: "ETAPA II - DESTINO EGIPTO"
En el Aeropuerto Reina Alia de Amán, Jordania, despedimos a nuestros queridos amigos “Fantásticos” y al resto de las personas queridas del grupo de Swiss Just América. Ellos retornaban a sus países, mientras nosotros nos embarcábamos a la segunda etapa de nuestro viaje. Destino: EGIPTO.
Era el 2 de mayo de 2022. Esperamos un par de horas hasta que habitaron el embarque en nuestro avión de Egyptair. Subimos y el vuelo fue corto, de una hora y media aproximadamente hasta la ciudad del El Cairo. Sin embargo, nuestro primer destino no sería esta ciudad, sino Luxor, que se encuentra a 660Km hacia el sur. El avión comenzó a descender y vimos el famoso Nilo, tantas veces oído en historias, desde las bíblicas hasta narraciones más modernas, con sus crecientes y fertilidad, con sus cocodrilos y plantas de papiro. Río que supo mecer la cuna de Moisés y lavó con sus aguas los pies de los grandes faraones de la antigüedad.
En el aeropuesto de El Cairo nos esperaba Younes, un muchacho muy macanudo de la agencia Taiar que habíamos contratado. Aparentemente para ingresar debíamos completar un papel de migraciones que te daban en el lugar. Resulta que para entrar a Egipto se requiere visa, pero esto fue bien gestionado por la agencia. Debo destacar que Younes se quedó cuidándonos atentamente hasta que finalmente cruzamos a la zona de embarque, detrás de la primera línea de detectores de metales (que hubo muchas). Como anécdota graciosa (ahora… en ese momento no) es que mi mamá trajo barro del Mar Muerto, pero dentro del bolso de mano, por tanto, en cada control, le hacían abrir la bolsa y pedían explicaciones ¿qué hacía eso ahí? Quizás pensaban que traía explosivos plásticos, o por las caras que hacían al abrir la bolsa y ver el barro oxidado en su exterior parecía más bien otra cosa más bien fecal. No sé la cantidad de veces que estuvieron por secuestrarle el barro, pero ella logró traerlo y lo regaló como cosmético a sus amigas.
Fuimos la puerta de embarque, pero en los últimos minutos nos cambiaron la puerta. Fuimos advertidos del cambio por una familia chilena, y debimos correr como 15 minutos hasta el otro lado del aeropuerto. El paisaje se mostraba con una niebla que apagaba el sol, era arena volando en el aire.
Finalmente subimos al avión y llegamos a Luxor luego de una hora aproximadamente.
En el aeropuerto nos estaban esperando personal de la agencia Taiar, y es que resulta sumamente recomendable ir organizado con una agencia. Egipto puede ser un país “muy intenso”. Al salir del aeropuerto nos recibió el calor abrazador de Luxor. Desde allí nos trasladaron en auto hasta el puerto, donde embarcamos en nuestro crucero. Aunque originalmente era el “Blue Shadow II”, y así lo declaraba la carta de viaje, subimos un tal “Alexander The Great”. Muy bonito el crucero, pero ni la sombra de los videos de que vimos en YouTube del Blue Shadow II.
En la recepción del crucero estaba un tal Hassan, quien se mostró muy cortés, sobre todo luego de enterarse de que la mujer que me acompañaba era mi madre y no mi esposa. Desistí en varias oportunidades ofertas generosas en camellos a cambio de mi madre. Creo que un camello ronda los USD1000, me ofrecieron 50 camellos. Con ese dinero hubiese seguido las vacaciones y en un par de años volvía a buscarla, pero no… nobleza obliga, y preferí quedarme con mi mamá (no tenía como traer tantos camellos en el avión).
Luego nos indicaron cuál era nuestro camarote para lo cual debíamos bajar las escaleras. Algo simple, camas dobles, bonito. Al abrir las cortinas, nuestra ventana estaba casi a nivel del agua porque lo que literalmente estábamos dentro del Gran Nilo.
Como llegamos a la mañana y estábamos tan cansados y el calor era tan agobiante, decidimos hacer una siesta. Habíamos dormido poco y mal. Salimos a las 3.00am del aeropuerto de Amán.
Luego de la breve siesta nos levantamos y fuimos a almorzar. Subimos al primer piso del crucero y nos ubicaron en una mesa. Frente a nosotros había dos muchachos que hablaban spanglish (español/ingles), pensé que eran de Puerto Rico, pero estaba equivocado. El servicio era tipo buffet. Almorzamos sin intercambiar palabras con ellos. Finalmente llegó el postre, uno de ellos se paró, se sirvió. A su regreso nos preguntó ¿Cómo está el postre? Y comenzó una charla que se extendió a lo largo de todos los días de crucero. Estos muchachos eran Diego Alejandro Vélez (en Instagram @darvelez) y Juan Pablo Assaf, ambos colombianos pero residentes en Panamá.
Luego del almuerzo vino nuestro guía quien se presentó con el nombre Haten (léase Jaten). Por momento éramos pocos en el crucero. Los colombianos, nosotros y una familia de Brasil. Bajamos del crucero y subimos a un minibús junto a Diego y Juan. Nuestro primer destino fue el Templo de Luxor.
HISTORIA DE EGIPTO RESUMIDA
Creo que resulta sumamente importante realizar una breve reseña histórica para que el lector comprenda qué es lo que va a encontrar en Egipto.
Egipto es particularmente importante gracias al río Nilo. Este es el río más largo del mundo luego del Amazonas, y resulta de la unión de otros dos ríos, el Nilo Blanco que nace en Sudán y el Nilo Azul, que nace en Etiopía.
Sus históricos crecientes regaban las costas de limo, haciendo que la aridez del desierto del Sahara al oeste y el de Arabia al este, se convirtiera en tierra fértil, atrayendo de esta manera a las primeras civilizaciones, lo que llevó a las primeras organizaciones políticas y a sus consecuentes 33 dinastías.
TEMPLO DE LUXOR
No fue necesario viajar tanto para llegar al Templo de Luxor, la ciudad lo engulló y quedó en su centro. Aunque hoy se llama Luxor, en su tiempo se llamó Tebas y fue la capital de Alto Egipto.
Bajamos y nuevamente el calor abrazador nos sofocó, sin embargo, esto no opacó la tremenda sensación de ingresar a un templo milenario. Era nuestro primer contacto con el antiguo Egipto. Al frente, la avenida de esfinges que arriban a los pilonos, protegidos por gigantes de piedra. A la entrada la asimetría del obelisco, presente sólo el de la izquierda, puesto que el de la derecha fue removido y trasladado a París a la plaza de la Concordia, donde tuve la oportunidad de verlo hace 12 años atrás (48.8653335,2.3206489).
Al atravesar la puerta entre los pilonos, vemos un patio, y la gran columnata de Amenofis III.
No voy a entrar en demasiados detalles porque resulta vano intentar describir sensaciones que solo pueden experimentarse.
TEMPLO DE KARNAK
Desde allí nos trasladamos al templo de Karnak, siendo este el templo más grande de todo el complejo de templos existentes hasta hoy.
COLOSOS DE MEMNON
Al día siguiente nos levantamos y aún seguíamos en Luxor, subimos a un colectivo rumbo al Valle de los Reyes.
En el camino nos detuvimos a conocer a los Colosos de Memnon que formaban parte de un templo que ya no existe. Estos colosos representan al faraón Amenothep III sentado, tienen 18m de altura y pesan aproximadamente 720Tn.
VALLE DE LOS REYES
Al llegar al Valle de los Reyes el calor era intenso y el sol abrazador. El resplandor del sol sobre la piedra caliza blanca, casi obliga a utilizar lentes de sol.
El Valle de los Reyes es una verdadera necrópolis, es decir, una ciudad de muertos, pero no cualquier muerto, todos ellos faraones y sus familias. A diferencia de las tumbas de los faraones del Bajo Egipto, existen 62 tumbas (hasta ahora) con la particularidad de haber sido cavadas en la roca de piedra caliza, formando largos túneles bien ornamentados con pinturas, bajo relieves y objetos funerarios, de los cuales la mayoría fueron robados o terminaron en museos. Sorprende en estos lugares el interrogante de cómo se iluminaban los artistas para pintar paredes y techos, ya que utilizaban antorchas con fuego porque de este modo habría restos de hollín y no los hay.
Se paga una entrada y con ella se tiene acceso a solo tres tumbas que el visitante puede elegir dentro de las que están disponibles en ese momento. Para la tumba de Tutankamon se debe pagar aparte. Su tumba es de las más pequeñas y menos pomposas. Lo que hizo sorprende y conocida la historia de Tut, nos es lo exuberante de sus tesoros, sino que fue la única tumba que no estaba profanada cuando fue encontrada por Howard Carter en 1922. De hecho, es posiblemente la más pequeña de todas las tumbas, debido que a Tut reinó durante un muy breve período desde los 8 a los 18 años cuando murió.
En particular, visité las tumbas K.V.6 de Ramsés IX, la K.V.8 Merenptah y la K.V.11 de Ramsés III.
VALLE DE LAS REINAS Y TEMPLO DE HATSHEPSUT
Luego fuimos al Valle de las Reinas, donde destaca en particular el templo de la reina Hatshepsut vandalizado por su propio sucesor Tutmosis III, quien por internas familiares y políticas destruyó gran parte de las imágenes.
TEMPLO DE HORUS, EL DIOS HALCÓN EN EDFÚ
Durante la noche el crucero comenzó a moverse y a la mañana siguiente nos encontrábamos amarrados al puerto de Edfú, lugar donde se emplaza el templo del Dios Horus, o Dios Halcón.
Bajamos del crucero y nuestro guía, Haten, había contratado a una “calezas” como les decía. Eran unos carruajes muy parecidos a lo que en Buenos Aires le llaman Mateos y te llevan a recorrer los parques de Palermo.
Debo decir que de haber sabido la realidad de la ciudad me abstenía de la visita. El templo de Horus es sorprendente como los demás. Es el mejor conservado, la pintura sigue intacta.
Lo que opaca su esplendor es la ciudad en sí misma y su gente. Edfú se presenta como una ciudad poco amiga del turista. Nuestro guía nos había advertido que los “caleceros eran personas difíciles”. En primer lugar, debo destacara la basura en las calles, luego el abandono general, las fuerzas militares con armas de grueso calibre en las calles (AK47), la pobreza, el maltrato animal, ya que los pobres animales que tiraban de las calezas estaban lastimados, algunos inclusive sangrando. No menos estresante resultaron ser los mismo caleceros, tal como describió Haten. Se le pagó el viaje al calecero y todo el tiempo que duró el viaje, unos 15 minutos, estuvo insistiendo que debíamos pagarle nuevamente.
Sinceramente, la estafa y el acoso al turista es una constante en todo Egipto, y en esa triste realidad, Edfú es la más opaca de las joyas. Sinceramente no recomiendo visitar esta ciudad. Su templo es impresionante, pero no compensa el agobio.
TEMPLO DE SOBEK, EL DIOS COCODRILO EN KOM OMBO
El crucero siguió viaje con rumbo sur hacia la ciudad de Kom Ombo donde detuvo su marcha. Allí nos recibió esta ciudad, por mucho, más amigable que Edfú. Ese día se celebraba “La Fiesta del Desayuno”, esto es una fiesta que se celebra al final del Ramadán.
El Ramadán es una fiesta religiosa que celebran los musulmanes. Según me explicó uno de ellos, dentro de las enseñanzas del profeta Mahoma, está la empatía al que sufre hambre. De este modo, el Ramadán es un mes de ayuno que extiende de luna a luna creciente, durante el cual no se puede consumir alimentos en las horas de sol. Esto es extensivo a las relaciones sexuales y a los pensamientos pecaminosos.
El templo de Sobek se encuentra bastante deteriorado, pero esto no lo hace menos impresionante. En sus paredes destacan instrumentos médicos y la existencia de un Nilómetro, esto es, un sistema para medir el nivel de agua del Nilo.
ASUÁN
El crucero siguió con rumbo sur hasta finalmente arribar a su destino, la ciudad de Asuán o Aswan. Esta ciudad se caracteriza por haber sido la cantera de granito rosa empleada por los grandes constructores egipcios.
Durante nuestra estadía en Asuán navegamos el río Nilo en faluca, que son una pequeña embarcación a vela y en ella viajamos a Nubia. Esto es una región al norte de Egipto que puede considerarse un país independiente. Los nubios son de tés oscura y labios gruesos, el estereotipo de africano, que contrasta significativamente con un egipcio promedio cuyos rasgos son más bien árabes. Los nubios hablan su propia lengua. Tuvimos la oportunidad de conocer esta región e inclusive de estar sentados dentro de un aula de sus escuelas, con un docente que nos enseñó a contar en árabe y en nubios. Gran parte de los faraones del Alto Egipto fueron nubios, entre ellos Tut Ank Amon.
Durante la noche fuimos en faluca a la isla de Philae, donde se emplaza el majestuoso templo de la Diosa Isis. La visita se hace durante la noche y se presencia un show de luz y sonido, donde se relata un fragmento teatralizado del Libro de los Muertos. Una experiencia estremecedora.
Luego de dormir en el crucero, al día siguiente teníamos la opción (no incluida) de conocer el templo de Ramsés II, conocido como Abu Simbel. Esto implicaba levantarse a las 4.00am y un viaje de 3 horas y media de ida y lo mismo de vuelta. Sinceramente me gustaba mucho la idea de conocer ese templo, no solo por su historia y tamaño, sino también porque fue movido de su emplazamiento original roca a roca cuando se construyó la Presa Alta de Asuán. Pero de hacer este viaje no hubiese conocido algo que me ha quitado el sueño durante mucho tiempo y me refiero al Obelisco Inacabado de Asuán. Se trata de un megalito de 42m de largo y más de 1 millón de kilogramos de peso, es la pieza de piedra más grande que la humanidad haya esculpido e intentado trasladar.
Luego de desayunar con mi mamá fuimos a la cubierta del crucero, nos sentamos a tomar unos mates en las reposeras y luego comenzamos la travesía y digo travesía porque por momentos se hace difícil ir con una rubia de ojos claros caminando por calles que normalmente no frecuenta el turismo. En lo personal, yo de tés oscura, pelo y ojos negros pasaba completamente desapercibido, es más, en uno de los hoteles me preguntaron si era egipcio, pensaba que era un guía local acompañando a una turista extranjera.
Finalmente llegamos al lugar y fue mágico estar allí. Caminar entre rocas milenarias, sabiendo que tanto egipcios como persas, griegos y romanos se proveyeron de material de esa cantera.
Subimos por los senderos marcados y debo decir que se me llenaron los ojos de lágrimas al ver esa maravilla, el Gran Obelisco Inacabado. Se dice inacabado porque quedó allí en la cantera, como misterio para el resto de la humanidad respecto de cómo pensaban sacarlo. Y allí quedo porque se detectó una fisura en la pieza.
Lo que raya lo paranormal es la técnica empleada. En la cantera se ven varias marcas de las herramientas dejadas. Se ven las técnicas tradicionales con cuñas y martillos, sin embargo, el obelisco no tiene golpes, ni agujeros para cuñas, en cambio, las marcas son como de una gran cuchara de unos 60cm de ancho que lo cortó con gran facilidad, como hundiendo la cuchara en un helado, tan simple como eso.
Luego de tamaña aventura por las calles de Asuán, pasamos por un mercado que está paralelo a la costanera y allí compramos recuerdos. Nos detuvimos en el puesto de Ali, un muchacho que por lejos fue el mejor vendedor que encontramos en todo Egipto. Amable, cortes, “sin agobio”. Se las arreglaba para hablar español y se percibía amor en su corazón. Nos invitó a tomar un té de cardamomo y nos despedimos de él.
Durante la tarde subimos a un micro que nos llevó al aeropuerto. En el camino cruzamos por la famosa High Dam o Presa Alta de Asuán, aquella que obligó a correr de lugar a Abu Simbel.
En el aeropuerto de Asuán, nuevamente mi mamá tuvo que demostrar que el barro del Mar Muerto, no era explosivo C4. Los guardias la dejaron seguir haciendo una cara de desaprobación, pero empática a la vez.
CAIRO
Finalmente arribamos a El Cairo, donde nos estaba esperando Younes nuevamente para llevarnos al hotel. El hotel era el Sonesta Cairo, ubicado en una zona de El Cairo conocida como Heliópolis. Aunque hoy es un barrio, antes era una ciudad independiente, justamente conocida por los griegos como Heliópolis, es decir, “La Ciudad del Sol” porque en esta ciudad había un gran templo dedicado al Dios Ra, el Dios Sol. Los egipcios le llamaban Iunu.
Hoy esta zona contiene varios edificios residenciales, pero también edificios de Estado y hoteles por su cercanía al aeropuerto.
Lo primero que destaca de El Cairo es el tránsito ¡Dios Santo que caos! No existen los semáforos, creo que en total conté solo seis, para una ciudad de 25 millones de habitantes.
Salimos a caminar un día a la tarde, y nuestra caminata llegó hasta una avenida. Luego de allí no nos animamos a cruzar. Para una persona ajena a los códigos cairenses, cruzar una avenida es un suicidio.
Al día siguiente pasó por nosotros Bebo Adel, nuestro guía. Un muchacho nacido en Alejandría, que había estudiado para biólogo, que hablaba español de manera excelente pero que actualmente se desempeñaba como guía para la empresa Taiar. Dudo podría habernos tocado mejor guía. Bebo fue muy cordial con nosotros, y en un día muy intenso nos llevó a conocer lo mejor El Cairo.
El primer destino fue la meseta de Guiza. Bueno… no encuentro palabras en el diccionario español para describir mi primer encuentro con las pirámides. Se me hace imposible describir lo que se siente caminar hacia una mole de 230m de lado, por 140m de alto, milenaria, que he visto a lo largo de toda mi vida en libros, documentales y películas.
Allí estaba la Gran Pirámide de Guiza, con sus 8 lados (no son 4 ya que las caras están ligeramente deprimidas hacia el centro).
Ingresamos a la gran pirámide por el “Túnel de los Ladrones” hasta su intersección por el “Pasillo Ascendente”. Caminamos encorvados, porque tiene poco más de un metro de alto, y desde allí ingresamos la imponente “Gran Galería”, desde donde también se puede acceder por un pasillo horizontal (que estaba cancelado) a la Cámara de la Reina. Siguiente por la Gran Galería pasamos a través de unos grandes bloques de granito dinamitados que servían como compuerta y accedimos a la Cámara del Rey. En todo el camino hay un jeroglífico, no hay ni una inscripción. La Cámara del Rey es un recinto hecho en piedra de granito rosa de Asuán (750Km al sur), con grandes megalitos pulidos y encastrados a la perfección, y con propiedades sonoras que personalmente nunca había percibido. Cuando uno hace “Om” comienza a reverberar toda la sala, el sonido se amplifica de una manera tal que todos comienzan a mirarse a ver quién es el que está haciendo “Om”. Sus dimensiones son 5,25m de alto, 5,24m de ancho y 10,48m de largo.
Luego de la Pirámide de Keops quisimos entrar a la de Kefrén, sin embargo, como había mucha gente esperando Bebo nos propuso ir a dar un paseo en camello. Así fue como anduvimos por las arenas del Sahara en camello, con el paisaje de las pirámides de fondo.
Volvimos a la pirámide de Kefrén y esta vez sí pudimos entrar más rápido. La pirámide de Kefrén se caracteriza por poseer en su parte superior gran parte del revestimiento de piedra caliza. Sus dimensiones exteriores son similares a la de Keops, aunque ligeramente menores, con 215m de lado y 136m de altura (hoy, antes era de 143,5m). La Cámara del Rey es más austera que la de Keops, construido en piedra caliza (mucho más blanda que el granito y con la cantera más cercana). En la pared se aprecia la inscripción dejada por Belzoni, quien la abriera en 1818 y dice “scoperta da. G. Belzoni 2 mar. 1818” (Descubierta por Giovanni Belzoni el 2 de marzo de 1818).
Dejamos atrás las pirámides y fuimos hacia la esfinge. Ingresamos a través de los megalitos del templo de Kefren, megalitos de granito rosa de Asuán. Nuevamente, cuanto más antiguo, más grande, más simple, más pesado.
La esfinge se presenta imponente con sus 20m de altura.
Luego Bebo nos llevó al Museo del Papiro, donde Marian, una bella egipcia nos enseñó el arte en la elaboración de papiros a partir de la su planta.
En primer lugar, se corta el tallo, se lo deja en remojo durante un día para que absorba agua, se le quita la piel al tallo (que tiene sección triangular). Luego el corazón esponjoso del papiro se aplana con rodillo escurriendo el agua y el aire y se forma una cinta. Varias de estas cintas son cruzadas entre si para formar una hoja de papiro. Finalmente se deja prensar durante una semana hasta que se seca y queda listo para ser utilizado. El papiro es el primer “papel” del que se tiene registro. Antes de esto se utilizaban tablillas de arcilla, como hacían los Sumerios con su escritura cuneiforme.
Compramos recuerdos en este lugar y subimos al minibús con destino al Museo Egipcio del El Cairo, donde se exhiben los grandes hallazgos de Egipto (sin ser el Museo Británico).
Difícil describir todo lo que se ve, pero en particular destaco las figuras del emperador Akenaton y los tesoros de la tumba de su hijo Tut Ank Amon, los cuales no pueden filmarse ni fotografiarse. Solo una parte de estos tesoros está expuesta para ser grabada por cámaras y se trata por ejemplo de su trono de oro macizo.
Luego del museo, Bebo nos llevó a la Mezquita de Muhammad Alí, construida en alabastro entre 1830 y 1848 sobre lo que fuera el fuerte construido por Saladino entre 1176 y 1183, también conocido como “Ciudadela del Cairo”.
De aquí Bebo nos llevó al barrio Copto. Los coptos son cristianos egipcios no católicos, siendo Bebo uno de ellos. Debido a la persecución histórica de este colectivo en un país islámico, los coptos viven en guetos o barrios. Los coptos tienen tradiciones distintas que los demás cristianos, tienen una biblia con libros que la fe católica no aprueba, como el Libro de Enoc. Se visten de manera particular también y su cruz es distinta.
En particular, en el barrio copto de El Cairo hay una iglesia muy importante, la Iglesia de San Sergio y San Baco, donde por debajo del retablo hay una cripta a la que se puede acceder y que fuera el lugar donde se refugiaron la Virgen María, su esposo San José y Divino Niño Jesús en su huida a Egipto, cuando el gobernador de Galilea, Herodes, mandó a matar a todos los niños.
En el barrio copto nos detuvimos en una joyería, donde decidí comprar un regalo a mi hija. Tenía como meta comprarle aros en este viaje. Había visto unos aros preciosos de aventurina negra (violeta en realidad), pero no los compré porque los vi en una basar de Jordania y la meta era comprarlos en Egipto. Aunque es pequeña todavía, espero algún día pueda usarlos para una ocasión especial a futuro, quizás su cumpleaños de 15 o lo que ella considere importante. Fue así como en el barrio copto Bebo nos llevó la joyería Gold & Jewelery Oriental Gifts de Karim e hijo. Allí me di el gusto de comprarle unos hermosos aros de plata con engarces de lapislázuli con motivos puramente egipcios como el Ojo de Horus, un papiro, el Dios Sol Ra, el Escarabajo Alado.
Luego de este día tan intenso, nos quedaba un día más en El Cairo que decidimos utilizar para caminar, como conté anteriormente y para esparcirnos en las comodidades del hotel.
Al día siguiente Younes nos pasó a buscar temprano para ir al aeropuerto, nos embarcamos y desde allí partimos hacia Frankfurt, y de allí a Argentina en un viaje que originalmente era de 14 horas y se extendió a 16 por demoras en Brasil por mal tiempo.
De este modo concluye un viaje que duró dos intensas semanas que calará hondo en nuestras vidas. Gracias por dedicar tiempo a leer esta publicación, gracias a aquellas personas que fueron acompañándonos a través de redes. Gracias a mi Madre y Dios por esta inolvidable oportunidad.
APRECIACIÓN PERSONAL
Cuando a Egipto se le quita el glamour de las pirámides y templos, de su historia y monumentos… no queda nada. No es un país hospitalario, es un país donde el favor, o como le decimos aquí la “gauchada” no existe. Es el país del interés, donde cualquier ayuda recibida espera ser retribuida en Euros o Dólares. En un principio uno puede pensar que se trata de pobreza, sin embargo, se trata de un mal hábito que se hizo carne en todos los estratos sociales, encontrando este comportamiento en ciudades tristes como Edfú, pero también arriba del crucero o dentro del aeropuerto, justo antes de abordar. El agobio de vendedores, la estafa y la falta de empatía, sólo puede ser compensada con el esplendor de las ruinas más antiguas de la humanidad… con un resultado neto nulo.
CONCLUSIONES
De lo primero que me sorprendo al mirar la vista en planta del templo de Luxor, es la falta de paralelismo y cuadratura de las columnatas. Siempre se habla de la perfección y la arquitectura, sin embargo, gran parte del templo se halla en falsa escuadra. Puede que los arquitectos hayan intentado con esto generar una perspectiva forzada, tal como sucede en el Partenón de Grecia.
De entrada se observó la técnica constructiva de los templos. Muchos de los bloques que se creen piedra macizas no lo son. La técnica consistía en realizar un molde en negativo de la piezas, por ejemplo un capitel. Luego la pared interior se forraba con una argamasa símil piedra. Finalmente se rellenaba con escombros. Se desconoce de qué periodo es este capitel, pero sin duda, simula perfectamente una terminación exterior de piedra, cuando en realidad no lo es.
Se ve claramente el empleo de distintas tecnologías a lo largo del tiempo. Recordemos que hablamos de 5000 años de historia. Las cosas pueden cambiar mucho, pero lo que resulta en una constante, es que cuanto más antiguo, las piedras son más duras, más grandes y pesadas y más simples, sin escrituras ni adornos.
No se discute que las primeras dinastías lograron las hazañas de ingeniería más grandes. Aunque los templos del Alto Egipto resultan sorprendentes, no se trata de piedras, sino de geopolímeros, es decir, argamasas con un sustrato de arena y aglutinantes, posiblemente a base de piedra caliza. Claramente los grandes templos responden a las ultimas dinastías, mientras que lo más megalítico, como las pirámides, la esfinge o el Templo de Kefren pertenecen a las primeras dinastías del Bajo Egipto.
No se discute que en algún momento tuvieron la capacidad de cortar, remover, mecanizar, trasladar y montar grandes y duras piedras como el granito rosado de Asuán. Sin embargo, muchas de las obras vistas, principalmente tumbas y templos son humanamente posibles. En el Valle de los Reyes, las paredes de las tumbas son de piedra caliza, que puede tallarse con facilidad.
Sigue siendo un misterio cómo se iluminaban dentro de las tumbas para decorarlas, sin usar fuego, puesto que de otro modo el hollín hubiese dejado marcas o arruinado el trabajo.
El misterio siempre gira en torno a las pirámides y los templos del Bajo Egipto.
MI TEORIA
Hay claramente dos tecnologías a las que llamaremos antigua y nueva.
Mi teoría sostiene que lo que hoy se conoce como el Valle de los Reyes, era originalmente una cantera de piedra caliza, de la que los egipcios extraían la piedra para fabricar algún tipo de aglutinante (así como hoy obtenemos la cal) y con ella más arena (en exceso abundante en la zona) elaboraban una argamasa con la que construían los bloques con aspecto de piedra arenisca. Las tumbas más antiguas del Valle de los Reyes datan de la dinastía XVII en adelante, por lo que son “tumbas nuevas”, es decir, hacia el año 1500ac. Un día algún consejero de algún faraón Tutmosis I, luego de visitar la mina de piedra caliza e ingresar por uno de sus túneles debe haber notado que sería un excelente lugar para preservar una tumba. Posiblemente transmitió esta idea al faraón y este mandó a construir la primera tumba en el lugar. Los demás por ósmosis hicieron lo mismo y lo que originalmente fue una mina se llenó de tumbas y se convirtió en un lugar sagrado, con 62 tumbas declaradas al momento.
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